Hoy ha sido de nuevo repetitivo nuestro comienzo de Etapa: a las 6 salida, a las 8 barritas ...... ya se mezcla un deseo por llegar y volver a casa con todos los recuerdos de los días anteriores.
El trayecto hasta que llegas hasta la zona del aeropuerto, pasa entre eucaliptos, y contínuos entrar y salir de carreteras; está muy mal señalizado el Camino en este tramo, si avanzas es más por intuición que por los hitos, que brillan por su ausencia.
Después de unos 8 ó 9 kilómetros comienzas tomar desvíos, por el aeropuerto, por las autopistas, que realmente hacen que esta última parte sea de los más poco vistosa que uno pueda encontrarse.
De todas formas y como decía antes, empiezan a agolparse recuerdos, el páramo leonés, el descenso del Acebo, el cansancio que algunas veces te hizo pensar en abandonar, las largas caminatas, el echar de menos tú casa y tú familia, el cansancio y dolor de todos los músculos de las piernas, las vacas, las moscas, los ronquidos, los niños de 8 años que iban con sus padres haciendo el Camino, las que hacían lo han hecho en taxi ..... son muchas vivencias en tan pocos días.
Las piernas van prácticamente sólas, no nececitas ningún esfuerzo para que te lleven hacia adelante, se han acostumbrado con el paso de los días a llevarte.
Te cruzas con gente que ha estado contigo durante este tiempo, los saludas de nuevo y te despides, seguramente nunca vuelvas a verlos, pero tu deseo es culminar esta etapa que supone el llegar al final y la vuelta a tu casa.
Hemos atravesado O Pino con todos los albergues completos y con un polideportivo lleno de gente, no me atrevo a calcular cuanta gente podría haber allí pero estaba el pabellón lleno de colchones en el suelo con gente sobre ellos y un grupo de voluntarios con el desayuno preparado para ellos, esto es lo bonito del Camino; hay gente que te da sin pedir nada a cambio, todo el mundo se vuelve solidario con los demás porque sabe cuanto esfuerzo hay que realizar para poder hacer el Camino.
Hacia las 10 de la mañana hemos llegado a Monte O Gozo, donde hay un gran monumento en conmemoración a la visita que Juan Pablo II realizó a ese lugar; desde allí se podía ver Santiago de Compostela: faltaba muy poco para llegar.
Tras una dura bajada, paso de rotondas, puentes, autovías, calles llenas de gente hacia su trabajo o quehaceres cotidianos, hemos entrado en el Centro Histórico de Santiago, los dolores, el cansancio, las duras jornadas de días atrás parecían no pesar, toda la marea de gente deseaba llegar a la Plaza del Obradoiro para poder entrar a la Catedral y cumplir su objetivo.
Cuando la gente llega a esa Plaza todo son abrazos, saludos, despedidas a los compañeros del Camino, entras a la Catedral, abrazas al Apóstol, vistas la oficina del Peregrino para que te pongan el último sello en la Credencia y te entreguen la Compostela y a las 12:00 la misa del Peregrino.
Palabras de alabanza durante la homilía por parte del sacerdote a los peregrinos, salida de la catedral y reencuentro y despedida de otros peregrinos que te has ido encontrando por el Camino; seguramente no los vuelvas a ver nunca más, pero ellos hicieron el Camino contigo.
Después encontrar el albergue, ducha y unas tazas de ribeiro para aplacar la sed y el hambre.
Hoy se acaba nuestro Camino que ha durado 11 días y 311 kilómetros desde León a Santiago; esta ha sido mi vivencia, pero realmente para saber lo que es hay que vivirlo: nadie te lo puede contar.
Hasta mañana
2 comentarios:
Siempre en el final se encuentra la recompensa. Te querremos. Ana y Juana.
Muchos besos
Siempre en el final se ve la recompensa. Te esperamos pronto. Te querremos. Ana y Juana.
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