DIA 1 – VERA –
TARRAGONA – ALICANTE.
Las cosas no son como empiezan
sino como acaban
Tras no salir a la hora prevista,
como era de esperar, pusimos destino a Tarragona, nuestra primera parada, o no.
No había pasado 1 hora cuando Ana se sintió indispuesta y tuvimos que parar en
el maravilloso, inigualable, magnífico, pueblo de Totana (Murcia); lugar sui
géneris donde los haya. Aprovechando esta parada forzada, decidimos desayunar.
Algo que suele ser sencillo y fácil, en Totana puede convertirse en una auténtica
odisea. En un bar de desayunos, no tienen tostadas, ni bollería y mucho menos
café. Sin salir de nuestro asombro, preguntamos al camarero un lugar donde
pudieran ponernos un desayuno, no pedíamos mucho un café y una tostada,
amablemente nos indicó un bar a escasos metros del suyo donde podrían
satisfacer nuestra demanda.
Nada más lejos de la realidad.
Serían las 9:00 horas y el bar que nos indicaron, no tenía tampoco café; eso sí, estaba lleno de gente bebiendo copas y cerveza como si el mundo fuera a
acabarse.
Sin desanimarnos y viendo un
supermercado en frente del bar, decidimos prepararnos nosotros mismos nuestro
desayuno. Allí que nos acercamos y ….. el pan no es que estuviera duro no, su
dureza era de 11 en la escala de Mosh estaba por encima de la dureza del
diamante, por lo que decidimos coger un par de bolsas de croissant para poder
calmar el apetito; todo indicaba que aunque no iba a ser el desayuno previsto, podríamos tomar algo para seguir nuestro camino a Tarragona. Ilusos de
nosotros, esto era un presagio. Los croissant no había quien se los comiera,
aquello estaba no seco, si no reseco, caras de extrañeza, rápida mirada a la
fecha de caducidad y PREMIO
estaban caducados. No podía ser, tanto tan malo en tan poco tiempo; que ilusos,
lo mejor aún estaba por llegar. Rápidamente las mujeres cogieron las dos bolsas
de bollería y fueron a devolverlas. Y como por arte de birli-birloque, trajeron
un par de barras de pan, recién salidas del horno; justo cuando nosotros
salíamos de comprar, les llevaron pan calentito. Pero ya era tarde, iba a
desayunar “el granaíno”.
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Desayunando, al menos se intentó |
Nos montamos de nuevo en el coche
y pusimos rumbo a Tarragona, 10 ó 15 minutos de calma y nuestro conductor pregunta: “¿escucháis ese silbido que sale por las rejillas de ventilación del
aire del coche?, no he escuchado nunca silbar de esa manera por las rejillas” afirmó. Aquello ya no era un presagio, era una
realidad. Pocos kilómetros más adelante se enciende una lucecita en el cuadro del
coche: “revisión cuando sea posible”, pérdida de potencia, sudores fríos,
llamadas a mecánicos amigos, más sudores fríos, pruebas para ver si se apaga
esa maldita lucecita naranja; pero la suerte estaba echada. Se hizo lo que se pudo. Paramos en una gasolinera de Campello,
llamada a la compañía de seguros y grúa hasta ALICANTE.
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" Que se me ha roto el coche" |
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... ya veremos lo que pasa. Las maletas en el suelo |
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Negociando con "Gallego" el de la grúa |
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Esperando el traslado |
Ese era nuestro destino ALICANTE.
¿Quién me iba a decir a mi que iba a ver ALICANTE? Bueno ni ALICANTE ni Totana,
claro. Pero ni a mí ni a ninguno de los que íbamos de viaje aventura.
Hicimos check-in en un hotel de Alicante y a dar un paseo y comer en una ciudad que iba a
“acogernos” durante un par de días, ya que ese día era festivo y hasta el día siguiente
no diagnosticarían la gravedad del problema del vehículo.
Comimos, nos asamos de calor y
descansamos un rato, esperando que bajara un poco la temperatura y pudiéramos
dar un paseo por la ciudad.
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Como sigan empujando me baño |
La verdad sea dicha que es una ciudad
por descubrir, con un paseo bullicioso lleno de puestos de venta, terrazas de
bares y un ambiente muy agradable.
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Jugando con las fuentes |
Improvisamos una visita por el
casco histórico de la ciudad, visitamos su concatedral de San Nicolás de Bari, compartida con la de Orihuela, la plaza
del Ayuntamiento, sus callejuelas y en una terracita decidimos que era el
momento de tomar unas cervezas y cenar.
Se hacía tarde y era hora de
descansar tanto las peques como los mayores, esperando que el día siguiente nos
permitiera seguir nuestro camino hacia PORT AVENTURA …. o no. Pero eso será
otro día, quizás mañana
1 comentario:
Eres un crack, volver a vivir un viaje en un momento donde la rutina de la actividad escolar vuelve a ocupar su sitio, es una bocanada de ilusión y de añoranza por esas vacaciones pasadas. Muchas gracias y un beso
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