martes, 13 de septiembre de 2011

DIA 1 – VERA – ¿TARRAGONA? – ALICANTE.

DIA 1 – VERA – TARRAGONA – ALICANTE.

15 de agosto de 2011

Las cosas no son como empiezan sino como acaban

Tras no salir a la hora prevista, como era de esperar, pusimos destino a Tarragona, nuestra primera parada, o no. No había pasado 1 hora cuando Ana se sintió indispuesta y tuvimos que parar en el maravilloso, inigualable, magnífico, pueblo de Totana (Murcia); lugar sui géneris donde los haya. Aprovechando esta parada forzada, decidimos desayunar. Algo que suele ser sencillo y fácil, en Totana puede convertirse en una auténtica odisea. En un bar de desayunos, no tienen tostadas, ni bollería y mucho menos café. Sin salir de nuestro asombro, preguntamos al camarero un lugar donde pudieran ponernos un desayuno, no pedíamos mucho un café y una tostada, amablemente nos indicó un bar a escasos metros del suyo donde podrían satisfacer nuestra demanda.

Nada más lejos de la realidad. Serían las 9:00 horas y el bar que nos indicaron, no tenía tampoco café; eso sí, estaba lleno de gente bebiendo copas y cerveza como si el mundo fuera a acabarse.
Sin desanimarnos y viendo un supermercado en frente del bar, decidimos prepararnos nosotros mismos nuestro desayuno. Allí que nos acercamos y ….. el pan no es que estuviera duro no, su dureza era de 11 en la escala de Mosh estaba por encima de la dureza del diamante, por lo que decidimos coger un par de bolsas de croissant para poder calmar el apetito; todo indicaba que aunque no iba a ser el desayuno previsto, podríamos tomar algo para seguir nuestro camino a Tarragona. Ilusos de nosotros, esto era un presagio. Los croissant no había quien se los comiera, aquello estaba no seco, si no reseco, caras de extrañeza, rápida mirada a la fecha de caducidad  y PREMIO estaban caducados. No podía ser, tanto tan malo en tan poco tiempo; que ilusos, lo mejor aún estaba por llegar. Rápidamente las mujeres cogieron las dos bolsas de bollería y fueron a devolverlas. Y como por arte de birli-birloque, trajeron un par de barras de pan, recién salidas del horno; justo cuando nosotros salíamos de comprar, les llevaron pan calentito. Pero ya era tarde, iba a desayunar “el granaíno”.
Desayunando, al menos se intentó

Nos montamos de nuevo en el coche y pusimos rumbo a Tarragona, 10 ó 15 minutos de calma y nuestro conductor pregunta: “¿escucháis ese silbido que sale por las rejillas de ventilación del aire del coche?, no he escuchado nunca silbar de esa manera por las rejillas” afirmó.  Aquello ya no era un presagio, era una realidad. Pocos kilómetros más adelante se enciende una lucecita en el cuadro del coche: “revisión cuando sea posible”,  pérdida de potencia, sudores fríos, llamadas a mecánicos amigos, más sudores fríos, pruebas para ver si se apaga esa maldita lucecita naranja; pero la suerte estaba echada.  Se hizo lo que se pudo. Paramos en una gasolinera de Campello, llamada a la compañía de seguros y grúa hasta ALICANTE.
" Que se me ha roto el coche"

... ya veremos lo que pasa. Las maletas en el suelo




Negociando con "Gallego" el de la grúa

Esperando el traslado

Ese era nuestro destino ALICANTE. ¿Quién me iba a decir a mi que iba a ver ALICANTE? Bueno ni ALICANTE ni Totana, claro. Pero ni a mí ni a ninguno de los que íbamos de viaje aventura.

Hicimos check-in en un hotel de Alicante y a dar un paseo y comer en una ciudad que iba a “acogernos” durante un par de días, ya que ese día era festivo y hasta el día siguiente no diagnosticarían la gravedad del problema del vehículo.

Comimos, nos asamos de calor y descansamos un rato, esperando que bajara un poco la temperatura y pudiéramos dar un paseo por la ciudad.
Como sigan empujando me baño

La verdad sea dicha que es una ciudad por descubrir, con un paseo bullicioso lleno de puestos de venta, terrazas de bares y un ambiente muy agradable.

Jugando con las fuentes

Improvisamos una visita por el casco histórico de la ciudad, visitamos su concatedral de San Nicolás de Bari,  compartida con la de Orihuela, la plaza del Ayuntamiento, sus callejuelas y en una terracita decidimos que era el momento de tomar unas cervezas y cenar.
Se hacía tarde y era hora de descansar tanto las peques como los mayores, esperando que el día siguiente nos permitiera seguir nuestro camino hacia PORT AVENTURA …. o no. Pero eso será otro día, quizás mañana 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres un crack, volver a vivir un viaje en un momento donde la rutina de la actividad escolar vuelve a ocupar su sitio, es una bocanada de ilusión y de añoranza por esas vacaciones pasadas. Muchas gracias y un beso