Septiembre 2010
jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
domingo, 26 de septiembre de 2010
sábado, 25 de septiembre de 2010
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viernes, 10 de septiembre de 2010
jueves, 9 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
martes, 7 de septiembre de 2010
Día 8. Madrid Ubeda. De tapas en el fin de fiestas.
07 de septiembre de 2010
Anoche llegamos a nuestro hotel a las 6:00 de la mañana, con un cansancio propio del viaje, con lo que hasta las 12:30 h de hoy, no volvimos a ser personas.
Co unos cafés y un colacao en nuestro cuerpo, hemos ido a la estación y una vez dejadas nuestras maletas en la consigna de Atocha, nos hemos dirigido al centro a tomar unas tapas.
La primera parada, un sitio castizo donde los haya: " La Venencia" en la calle Echegaray. Sólo vinos finos y manzanilla, pero de la que se sirve bien fría.
La cosa no empezaba nada mal, después nos fuimos a La Ricla, pero nos lo encontramos cerrado; no pudimos tomarnos el vermú, pero teníamos la opción B: El mercado de San Miguel, donde terminamos de tapear; se iba acercando la hora del regreso, pero faltaba comprar unas galletas deliciosas en La Cure Gourmande, junto a la Plaza Mayor.
De camino a Sol donde íbamos a coger el metro, un alto en La Mallorquina para un café y unas trufas.
Nos quedaba llegar a Atocha y despedirnos de Madrid hasta otra ocasión, nuestro viaje llegaba al fin.
Ahora mismo estamos en el tren dirección Linares-Baeza, donde terminará este viaje que nos ha llevado por una tierra realmente maravillosa: ESCOCIA.
Por cierto desde Don Quijote a nuestros días ha cambiado el perfil de nuestros horizontes.
Anoche llegamos a nuestro hotel a las 6:00 de la mañana, con un cansancio propio del viaje, con lo que hasta las 12:30 h de hoy, no volvimos a ser personas.
Co unos cafés y un colacao en nuestro cuerpo, hemos ido a la estación y una vez dejadas nuestras maletas en la consigna de Atocha, nos hemos dirigido al centro a tomar unas tapas.
La primera parada, un sitio castizo donde los haya: " La Venencia" en la calle Echegaray. Sólo vinos finos y manzanilla, pero de la que se sirve bien fría.
La cosa no empezaba nada mal, después nos fuimos a La Ricla, pero nos lo encontramos cerrado; no pudimos tomarnos el vermú, pero teníamos la opción B: El mercado de San Miguel, donde terminamos de tapear; se iba acercando la hora del regreso, pero faltaba comprar unas galletas deliciosas en La Cure Gourmande, junto a la Plaza Mayor.
De camino a Sol donde íbamos a coger el metro, un alto en La Mallorquina para un café y unas trufas.
Nos quedaba llegar a Atocha y despedirnos de Madrid hasta otra ocasión, nuestro viaje llegaba al fin.
Ahora mismo estamos en el tren dirección Linares-Baeza, donde terminará este viaje que nos ha llevado por una tierra realmente maravillosa: ESCOCIA.
Por cierto desde Don Quijote a nuestros días ha cambiado el perfil de nuestros horizontes.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Día 7. The Borders. Entre literatura y ruinas
Pues este ha sido el viaje de la "improvisación". No teníamos previsto la ruta de hoy para la zona de los Borders, al sureste de Edimburgo, una zona de bellos paisajes y muy castigada por las constantes luchas entre escoceses e ingleses.
Pues nada que yo creía que me había librado ya de conducir como los ingleses, pero no ha sido así.
Después de tomar el scottish's breakfast, dejamos el hotel y fuimos a recoger el coche. Nuestra primera parada la Rosslyn Chapel, una auténtica joya. Merece mucho la pena visitarla, como todo lo visto hoy. Esta capilla se hizo famosa por el libro de Dan Brawn, el código DaVinci. Está siendo restaurada en la actualidad y le han eliminado una gran cubierta que la ha protegido de las humedades de las lluvias los últimos 6 años.
Hemos dejado la Rosslyn Chapel y hemos puesto rumbo a Melrose Abbey, una abadía en ruinas, era la primera de las cuatro que íbamos a ver hoy. Es impresionante ver el interior de los muros, el sistema constructivo, en definitiva "las tripas" del edificio, estamos acostumbrados a ver la piel, pero aquí ves su interior.
Lo mejor estaba por llegar: Jedburgh Abbey, una maravilla, que con el centro de interpretación y las audiguías, te llevan a ver cada uno de sus rincones, realmente comprendes el porqué de cada una de las piezas del enorme rompecabezas que llegó a ser esa abadía.
Con la satisfacción y la alegría de haber improvisado esta escapada, hemos puesto dirección a Kelso Abbey, esta es la más antigua y poderosa de las cuatro que hemos visitado. Sus muros son de mayor grosor, no dispone de tantos huecos y éstos no son tan grandes.
Como la conversación en el coche era animada nos hemos dado cuenta que nos habíamos dejado atrás Dryburgh Abbey, en el cuál está enterrado Walter Scott, por lo que a la vuelta a Edimburgo hemos pasado a verla, quizás la más flojita que las anteriores, pero también merece la pena la visita.
Una vez terminado este recorrido por los Borders, y como ya eran las 5:00 de la tarde y aquí a esa hora lo cierran todo, hemos decidido volver a Edimburgo para ver la catedral de St. Giles, que ayer por un concierto no pudimos visitar. El recorrido de las abadías, es totalmente recomendable, tanto por los paisajes como por los pueblos y las abadías.
Pero esta vez no hemos tenido la suerte de cara y hemos llegado justo cuando estaban cerrando la puerta, hemos aprovechado que estábamos allí para cumplir un rito, escupir en el suelo en el interior de un corazón hecho de piedra. Dicen que quien lo hace vuelve a Edimburgo, nosotros lo haremos para ver St. Giles.
Para aprovechar nuestras últimas horas, nos hemos acercado al café The Elephant. House, que es donde dicen que J. K. Rowlling escribió algunos capítulos de Harry Potter.
Era los últimos momentos antes de volver al aeropuerto, en el que todavía estamos porque el vuelo tiene un retraso de dos horas, una alegría para el cuerpo, porque llegaremos sobre las 5:30 h. y no tendremos tiempo para descansar en el hotel, pero no importa mucho porque mañana noche estaremos en casa y podremos reventar la cama.
Pues nada que yo creía que me había librado ya de conducir como los ingleses, pero no ha sido así.
Después de tomar el scottish's breakfast, dejamos el hotel y fuimos a recoger el coche. Nuestra primera parada la Rosslyn Chapel, una auténtica joya. Merece mucho la pena visitarla, como todo lo visto hoy. Esta capilla se hizo famosa por el libro de Dan Brawn, el código DaVinci. Está siendo restaurada en la actualidad y le han eliminado una gran cubierta que la ha protegido de las humedades de las lluvias los últimos 6 años.
Hemos dejado la Rosslyn Chapel y hemos puesto rumbo a Melrose Abbey, una abadía en ruinas, era la primera de las cuatro que íbamos a ver hoy. Es impresionante ver el interior de los muros, el sistema constructivo, en definitiva "las tripas" del edificio, estamos acostumbrados a ver la piel, pero aquí ves su interior.
Lo mejor estaba por llegar: Jedburgh Abbey, una maravilla, que con el centro de interpretación y las audiguías, te llevan a ver cada uno de sus rincones, realmente comprendes el porqué de cada una de las piezas del enorme rompecabezas que llegó a ser esa abadía.
Con la satisfacción y la alegría de haber improvisado esta escapada, hemos puesto dirección a Kelso Abbey, esta es la más antigua y poderosa de las cuatro que hemos visitado. Sus muros son de mayor grosor, no dispone de tantos huecos y éstos no son tan grandes.
Como la conversación en el coche era animada nos hemos dado cuenta que nos habíamos dejado atrás Dryburgh Abbey, en el cuál está enterrado Walter Scott, por lo que a la vuelta a Edimburgo hemos pasado a verla, quizás la más flojita que las anteriores, pero también merece la pena la visita.
Una vez terminado este recorrido por los Borders, y como ya eran las 5:00 de la tarde y aquí a esa hora lo cierran todo, hemos decidido volver a Edimburgo para ver la catedral de St. Giles, que ayer por un concierto no pudimos visitar. El recorrido de las abadías, es totalmente recomendable, tanto por los paisajes como por los pueblos y las abadías.
Pero esta vez no hemos tenido la suerte de cara y hemos llegado justo cuando estaban cerrando la puerta, hemos aprovechado que estábamos allí para cumplir un rito, escupir en el suelo en el interior de un corazón hecho de piedra. Dicen que quien lo hace vuelve a Edimburgo, nosotros lo haremos para ver St. Giles.
Para aprovechar nuestras últimas horas, nos hemos acercado al café The Elephant. House, que es donde dicen que J. K. Rowlling escribió algunos capítulos de Harry Potter.
Era los últimos momentos antes de volver al aeropuerto, en el que todavía estamos porque el vuelo tiene un retraso de dos horas, una alegría para el cuerpo, porque llegaremos sobre las 5:30 h. y no tendremos tiempo para descansar en el hotel, pero no importa mucho porque mañana noche estaremos en casa y podremos reventar la cama.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Día 6. Edimburgo y los FireWorks.
05 de septiembre de 2010
El día de hoy ha estado dedicado a Edimburgo, por la mañana, visita guiada por la zona más cercana al castillo de la Royal Mail y sus alrededores. Ha sido un tour gratuito por la ciudad que ha durado más de tres horas, con historias, cuentos y anécdotas de la ciudad. En un principio lo íbamos a realizar con la misma chica con el que anoche hicimos el de los fantasmas, pero no había gente suficiente y nos ha mandado con unos compañeros que también lo hacen. El secreto está en que si bien no cobran nada, después reciben propinas; pero la chica que nos hizo la visita se lo ganó.
Al final todos acabamos sentados en los jardines de Prince Street escuchando la leyenda de la piedra del destino, con carcajadas incluídas.
Después nos fuímos a comer todo el grupo, tras lo que cada uno tomó un rumbo distinto, aunque estuvimos cruzándonos el resto de la tarde.
Nosotros nos acercamos al Holyrood Palace, que es donde se arroja lar reina de Inglaterra cuando viene por Edimburgo.
Nos quedaban por ver un par de cositas en la ciudad, la primera la catedral de St. Giles y la segunda la cámara oscura.
Cuando llegamos a St. Giles no pudimos entrar, había un concierto y no se permitía ya el acceso.
Pues nada a nuestra segunda opción: la cámara oscura, un edificio destinado juegos de lógica, efectos ópticos, etc y en su zona de cubierta un lugar donde mediante espejos se refleja la ciudad en una superficie cóncava.
Seguimos investigando y jugando y sufrimos efectos extraños como el de la foto
Necesitábamos un descanso, pero las autoridades se habían enterado que era nuestro último día en Edimburgo y nos organizaron unos maravillosos fuegos artificiales.
Tanto nos quisieron agasajar que estuvieron a punto de quemar el castillo. Desde aquí gracias a las autoridades de la ciudad, pero nos retiramos a descansar
El día de hoy ha estado dedicado a Edimburgo, por la mañana, visita guiada por la zona más cercana al castillo de la Royal Mail y sus alrededores. Ha sido un tour gratuito por la ciudad que ha durado más de tres horas, con historias, cuentos y anécdotas de la ciudad. En un principio lo íbamos a realizar con la misma chica con el que anoche hicimos el de los fantasmas, pero no había gente suficiente y nos ha mandado con unos compañeros que también lo hacen. El secreto está en que si bien no cobran nada, después reciben propinas; pero la chica que nos hizo la visita se lo ganó.
Al final todos acabamos sentados en los jardines de Prince Street escuchando la leyenda de la piedra del destino, con carcajadas incluídas.
Después nos fuímos a comer todo el grupo, tras lo que cada uno tomó un rumbo distinto, aunque estuvimos cruzándonos el resto de la tarde.
Nosotros nos acercamos al Holyrood Palace, que es donde se arroja lar reina de Inglaterra cuando viene por Edimburgo.
Nos quedaban por ver un par de cositas en la ciudad, la primera la catedral de St. Giles y la segunda la cámara oscura.
Cuando llegamos a St. Giles no pudimos entrar, había un concierto y no se permitía ya el acceso.
Pues nada a nuestra segunda opción: la cámara oscura, un edificio destinado juegos de lógica, efectos ópticos, etc y en su zona de cubierta un lugar donde mediante espejos se refleja la ciudad en una superficie cóncava.
Seguimos investigando y jugando y sufrimos efectos extraños como el de la foto
Necesitábamos un descanso, pero las autoridades se habían enterado que era nuestro último día en Edimburgo y nos organizaron unos maravillosos fuegos artificiales.
Tanto nos quisieron agasajar que estuvieron a punto de quemar el castillo. Desde aquí gracias a las autoridades de la ciudad, pero nos retiramos a descansar
sábado, 4 de septiembre de 2010
Día 5. Edimburgo. Entre japoneses, bodas y fantasmas.
04 de septiembre de 2010
Hoy hemos dedicado practicamente toda la mañana al Castillo de Edimburgo.
Es un castillo sencillamente espectacular. Muchos de sus espacios recrean el uso que ha tenido durante el tiempo, la cárcel, los salones de baile y recepción, la capilla, incluso un cementerio para perros, etc. Es un sitio imprescindible que no hay que dejar de visitar.
Algo que nos ha llamado la atención es que estaba plagado de japoneses, en la ciudad muy pocos, pero en el interior del castillo la inmensa mayoría Japoneses.
En la foto de abajo, se ve a dos prisioneras que he encontrado en la los calabozos del castillo jugando al dominó, me ha dado mucha pena y las he rescatado.
Los scottish breafast traen unas consecuencias para nuestros cuerpos que no son nada beneficiosas
Aunque después de una mañana ajetreada se vuelven más estilizados
Para recuperar nuestro estado normal, nos hemos acercado a tomar unas tapas en un restaurante que habíamos visto por la tele y que está regentado por españoles, y una de dos o lo tienen enfocado para los escoceses, o ya no lo tienen ellos, no ha estado mal la comida, pero esperábamos algo más auténtico.
De nuevo paseo para ver la catedral de St. Mary, donde hemos asistido a la boda de nuestros primos de Edimburgo. Ha sido muy emocionante pero ninguno del resto de los invitados nos ha reconocido; una pena, con el esfuerzo que habíamos hecho para venir.
Como estábamos muy decepcionados, no nos hemos querido quedar al banquete nupcial y nos hemos marchado a nuestro hotel para descansar un rato, que por la noche íbamos a asistir a un paseo de fantasmas, cementerios y leyendas.
A las 21:30 h. empezó nuestro tour, un precioso tour que nos llevó por cementerios, por callejuelas y que era amenizado por las leyendas más tétricas que podíamos imaginar; pero mereció la pena, es recomendable porque más que miedo, pasas risa. Durante el recorrido pudimos fotografiar algunos de ellos que paseaban por la Royal Mail. Por cierto la guía era de Jaén, y teníamos conocidos en común, lo que demuestra que el mundo es un pañuelo y nosotros somos ....
Después dé vivir experiencias paranormales, nos volvimos al hotel a descansar. El día siguiente nos esperaba un buen paseo por Edimburgo.
Hoy hemos dedicado practicamente toda la mañana al Castillo de Edimburgo.
Es un castillo sencillamente espectacular. Muchos de sus espacios recrean el uso que ha tenido durante el tiempo, la cárcel, los salones de baile y recepción, la capilla, incluso un cementerio para perros, etc. Es un sitio imprescindible que no hay que dejar de visitar.
Algo que nos ha llamado la atención es que estaba plagado de japoneses, en la ciudad muy pocos, pero en el interior del castillo la inmensa mayoría Japoneses.
En la foto de abajo, se ve a dos prisioneras que he encontrado en la los calabozos del castillo jugando al dominó, me ha dado mucha pena y las he rescatado.
Los scottish breafast traen unas consecuencias para nuestros cuerpos que no son nada beneficiosas
Aunque después de una mañana ajetreada se vuelven más estilizados
Para recuperar nuestro estado normal, nos hemos acercado a tomar unas tapas en un restaurante que habíamos visto por la tele y que está regentado por españoles, y una de dos o lo tienen enfocado para los escoceses, o ya no lo tienen ellos, no ha estado mal la comida, pero esperábamos algo más auténtico.
De nuevo paseo para ver la catedral de St. Mary, donde hemos asistido a la boda de nuestros primos de Edimburgo. Ha sido muy emocionante pero ninguno del resto de los invitados nos ha reconocido; una pena, con el esfuerzo que habíamos hecho para venir.
Como estábamos muy decepcionados, no nos hemos querido quedar al banquete nupcial y nos hemos marchado a nuestro hotel para descansar un rato, que por la noche íbamos a asistir a un paseo de fantasmas, cementerios y leyendas.
A las 21:30 h. empezó nuestro tour, un precioso tour que nos llevó por cementerios, por callejuelas y que era amenizado por las leyendas más tétricas que podíamos imaginar; pero mereció la pena, es recomendable porque más que miedo, pasas risa. Durante el recorrido pudimos fotografiar algunos de ellos que paseaban por la Royal Mail. Por cierto la guía era de Jaén, y teníamos conocidos en común, lo que demuestra que el mundo es un pañuelo y nosotros somos ....
Después dé vivir experiencias paranormales, nos volvimos al hotel a descansar. El día siguiente nos esperaba un buen paseo por Edimburgo.
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