Mírala cara a cara que es la primera .....
Otro madrugón …. esto más que un
viaje de vacaciones se va a convertir en un maratón de madrugones.
Pues como teníamos previsto ya desde
España, íbamos a cojer desde el Foro Buonaparte un autobús que nos llevaría
hasta Tirano y desde ahí comenzar una ruta en el tren Bernina por los Alpes
Suizos hasta St. Moritz.
Lo primero que hay que recomendar
a los que lean esto y no hayan estado en Milán, que compren el pan en España, no
será tan bueno pero es más barato, os lo garantizo; dos panes tipo “cateto” 18
euros, para que luego nos quejemos de lo cara que está la vida en España.
Después de cojer el bus y unas
cuantas horas y paradas después llegamos a Tirano, un pequeño pueblo de la
Lombardía que es limítrofe con Suiza. Nos dió tiempo a comprar unas botellas de
vino para el camino, ver una pequeña iglesia y tomarnos unas cervezas en una
terracita al sol; la cosa se estaba ya caldeando y presagiaba un viaje cuanto
menos “entretenido”.
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Al fondo la iglesia de Tirano. Seguimos con los contrapicados, que parece que va a ser la moda fotográfica del año |
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No sabemos si es una nueva forma de fotografiar o está pidiendo "argo" |
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La cervecita no puede faltar, para que sea un viaje ejemplar. |
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No saben quedarse quietas estas muchachas |
Cuando cojimos el tren y después
de tomar asiento nos vimos prácticamente rodeados de un par de parejas
asiáticas y una excursión de brasileiras que nos ayudarían a amenizar la fiesta
¿he dicho fiesta?, perdón el viaje.
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La "cosa" empezaba a barruntarse |
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Hacía fríiiio mucho fríiiio y había que entrar en calor |
Comenzó la ascensión en el Bernina
express, y pronto comenzamos a ver paisajes idílicos, buscábamos la casa de
Heidi, algunos a Marco, pero fundamentalmente lo que empezamos a buscar era el
jamón y el lomo ibérico, que habíamos traído desde España, porque empezábamos a tener hambre. Se abrieron unas
botellas de vino, se dió buena cuenta del ibérico y sin pensarlo mucho, pasamos
a los bailes regionales, más concretamente a las sevillanas, y no fué por
efecto del vino ¿o sí?; después cánticos de la tierra, en los que nos
acompañaron las brasileiras (ellas cantaban canciones de su tierra); las
parejas asiáticas no sabían donde se habían metido. Les dimos el viaje, la
próxima vez antes de montarse en cualquier medio de transporte preguntarán si
hay españoles a bordo.
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Mi tesorooooo. Parecía una cesta de navidad, con Zacapa y todo |
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Ya estaba liada la cosa .... mírala cara a cara que es la primera |
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...... y olé |
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Cuanto amorrrrrrr |
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No tenemos remedio |
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L'Amparini y dos individuos que nos encontramos en el camino |
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Cada loco con su tema |
En pleno éxtasis de júbilo
llegamos a St. Moritz, estaba nevando y hacía frío pero nosotros ya habíamos
tomado medidas tanto exterior como interiormente.
El pueblo es muy bonito, pero el
día no invitaba a ver mucho y después de dar una vuelta y hacer unas fotos,
pasamos al plan b, comprar chocolate y volver hacia el autobús que nos iba a
conducir hasta nuestro punto de origen.
Una vez en Milán nos quedaba ir a recojer
los coches en la empresa de alquiler y hacer un buen camino hasta Domaso a orillas del lago Como, que
era donde teníamos la siguiente parada.
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ehhhhh foto |
Después de que el GPS nos dijera
un par de veces: “atención calle sin salida”, y de bordear el
lago Como llegamos a Domaso, justo para cojer nuestras habitaciones y volver a
dar cuenta de los productos que habíamos llevado desde España.
Era demasiado tarde y el día había
sido largo; quedaba sólo descansar para que al día siguiente tuvieramos fuerzas
de seguir viendo la región de la Lombardía y adentrarnos de nuevo en Suiza, acercarnos a un pequeño pueblo llamado Roveredo, para ver a los hermanos de Pedro, pero no Pedro el de Heidi, si no el de Marisol.
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