Volando voy .... volando vengo
Nos levantamos tempranito y con
toda la illusion que puedes tener cuando comienzas un viaje.
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Sombreros gentileza de Cacique y J&B ... L'Amparini se lleva el trabajo de vacaciones |
Tomamos el vuelo en el aeropuerto
de Málaga a las 11:00 y después de un vuelo con algunas turbulencias a la hora
de aterrizar y pasadas dos horas, ya estábamos en Malpensa recogiendo las
maletas y buscando el bus que nos llevara a la Estación Central de Milán. Durante
el vuelo una señora le preguntó a mi mujer si viajaba con su padre; frustrante,
deprimente, será cuestión de que la señora vaya al oculista o de acercarme yo a
una clínica y empezar con algún que otro retoque, que le vamos a hacer los años
no pasan en valde. Después de unas risas cuando lo contó, sólo nos quedaba
llegar al hotel para dejar las maletas y empezar a descubrir esa ciudad
italiana.
El hotel estaba, como diría yo, un
poco alejado del centro de Milán; las fotos lo atestiguan, era el primer
edificio a la entrada de Milano, un pequeño error de cálculo, pero no iba a ser
óbice para disfrutar y pasarlo bien.
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Todavía Margaréeetta no les había enseñado a posar a las mujeres |
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Es que no saben hacerse una foto sin estarse quietos |
Una vez hecho checking en el
hotel, tomamos de nuevo el tranvía y nos acercamos al centro histórico a ver Il
Duomo, la Galeria Vittorio Emanuele y la Piazza de la Scala; tanto Il Duomo
como la Scala estaban ya cerradas al público y no pudimos entrar a verlas, las
ibamos a dejar para el ultimo día que estaríamos de nuevo en Milano.
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Algo que tampoco nos gusta a ninguno, comer y beber ... faltan los verbos de la primera y tercera conjugación, que tambien nos gustan
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Il Duomo al fondo y Pedro mandando un abrazo |
Paseamos y vimos las tiendas de la
Galería, callejeamos entre sus calles y disfrutamos de una tarde-noche muy
agradable.
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... vamos Alfonso |
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Al fondo podemos observar .... el final |
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Margaréeetta ya ha empezado a enseñarles a posar |
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Nuevas modas de posado turístico |
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Practicando un contrapicado |
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Pedro está buscando coche ... pero este no es un siete plazas tío |
El hambre empezaba a hacer mella en
nuestros maltrechos cuerpos y decidimos mimetizarnos con los lugareños y nos
acercamos a una trattoria para degustar unas pizzas italianas. Pasamos un buen
rato en la cena, como se puede ver en las fotos que acompañan; volvimos loca a
la pobre camarera del ristorante, que por cierto a estas alturas no se si
seguirá sirviendo mesas en el local o estará en su casita. La mania que tenía
el dueño de que no nos atendiera ella ...
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La que le cayó aquella noche con nosotros |
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Comiendo y bebiendo |
Ya quedaba poquito por hacer y nos
marchamos para el hotel, que al día siguiente tendríamos que madrugar de nuevo
para cojer el tren Bernina Express y recorrer un trocito de los Alpes Suizos.
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Juan y L'Amparini practicando la tercera conjugación: dormir, sólo nos falta por descubir la primera conjugación |
Algun@s y eso que eran los más
jovencitos del grupo no pudieron resistir y se entregaron directamente en los
brazos de morfeo.
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